miércoles, 30 de marzo de 2016

DEL PUPITRE A LA PIZARRA

Antes de empezar me gustaría hacer referencia a una frase que dijo el músico Phil Collins: “Aprendiendo enseñarás y enseñando aprenderás” la cual puede definir mi paso de ser un alumno a profesor en prácticas. Buen sabor de boca al disfrutar dos meses en el Colegio Nuestra Señora del Carmen después de haber estado 13 años siendo alumno, buenas sensaciones de prácticas gracias a la ayuda de los profesores y de los alumnos que me acogieron como a uno más a pesar de mi corta estancia.

Es difícil volver al colegio de mi infancia y no sentarme en un pupitre con los demás niños si no como profesor. Muchos nervios el primer día por no saber como iba a ser aquello, pero tuve la suerte de compartir clases con David,  que fue mi tutor de prácticas, aparte de enseñarme como profesor me demostró que es una gran persona tanto dentro como fuera del aula de ahí que los niños le adoren.

También pude compartir experiencias con otros profesores de Primaria como Rebeca, Verónica, Alberto... que hicieron que me sintiera muy cómodo y me ayudaron en todo lo posible. Muchos recuerdos inundaron mi cabeza durante los meses que permanecí en el colegio de cuando yo estudiaba allí y poder ver por los pasillos y hablar con mis antiguos profesores pero desde una perspectiva distinta.

El colegio mantiene su esencia y sus valores pero con la incorporación de una educación innovadora que pude aprender y disfrutar a diario con David y su aprendizaje cooperativo con técnicas como “lápices al centro” que eran desconocidas para mí y vi como surtían efecto en los niños. También pude asistir al campeonato de robótica en el que la motivación y el esfuerzo de los alumnos fueron los ingredientes perfectos para la victoria en los premios que se llevaron.

El tiempo es oro y a mi se me pasaba volando como quien dice al entrar por la puerta pequeña todas las mañanas, tenía que aprovechar al máximo esos dos meses ya que son muy valiosos para mi educación.

Los últimos días sabía que no quedaba nada  para volver a la Universidad y gracias a las directoras pude ir con los niños a la Inmersión donde conocí a los alumnos de una forma más cercana después de ayudar en el colegio con las jornadas deportivas, talleres y en definitiva en lo que pude.
Me gustaría repetir estos dos meses por todo lo aprendido y disfrutado. Me voy con la cabeza alta y llena de nuevos conocimientos debido a todos los que forman este colegio.
Solo me queda decir MUCHAS GRACIAS  A TODOS.


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